Hace 36 años, ocurrió “La noche de los lápices” donde el gobierno
militar desapareció y torturó a estudiantes secundarios. Este hecho fue sólo
uno, el estado desapareció miles de personas durante el "Proceso de Reorganización Nacional". Aún hoy, los
responsables materiales y políticos de las muertes, torturas y desapariciones, siguen sin condena.
En el año 2006, en plena democracia, otro
hecho vino a dejar claro que los cambios no son lo que parecen ser. Jorge Julio
López, uno de los principales testigos del juicio al circuito Camps fue
desaparecido. Aún no se encuentran rastros, dicen.
Lo que ocurre es que es el mismo sistema
represivo, los mismos policías que lo desaparecieron los que hacen el simulacro
de la búsqueda. No hay investigaciones reales del caso, no hay interés de que
aparezca Jorge Julio López. Esta ausencia es un mensaje para todos los
militantes de ahora.
Siguen queriendo que la sociedad tenga
miedo, que no hable, que no luche, que se mantenga callada, que no surjan voces
que puedan generar un cambio social. Que los cuerpos se queden quietos y en
silencio.
Gisela
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